Sobre el Hermetismo

Como alguna vez lo hemos mencionado, el hermetismo no se reduce a una doctrina antigua entendida y etiquetada muchas veces como «supersticiosa», muy por el contrario nos permitimos decir que el conocimiento legado por los sabios se encuentra dentro de los cánones mas elevados del empirismo, puesto que este es el conocimiento real que cumple la función de develar y experimentar el poder metafísico residente en el ser humano pero valiéndose de secretos celosamente guardados por naturaleza.

A través de la resonancia natural estudia y conoce las distintas correspondencias entre los fragmentos que componen todo lo creado como un cuerpo total y absoluto basándose en lo infinitesimal en lo micro y reproducido en lo macro.

Si, es el hermetismo es una ciencia capaz de dar peso y medida a lo inefable, logrando de esta manera hacer visible lo que por invisible (a ojos profanos) se rechaza de manera categórica por ignorancia. La sacra ciencia no solo se ocupa del plano interior y espiritual o metafísico, sino también del plano sensorial, exterior y físico, uniendo lo que ilusoriamente está separado, por ser estos dos aspectos de la creación solo en apariencia, contrarios o antagónicos, pero que juntos componen una sola y única cosa.

Es así como los eruditos, los sofistas y otros simples sopladores hacen mal uso del conocimiento legado por Hermes, Platón y otros tantos filósofos naturalistas, intentando engendrar por desconocimiento seudoreligiones de una mística extraña que hunde sus cimientos en sincretismos vanos de símbolos arcaicos, significándolos y revistiéndolos de conceptos humanos, sociales, y por completo carentes de la hermenéutica tradicional y trascendente. Estas significaciones múltiples y del todo especulativas, solo pueden circunvalar el núcleo mismo del misterio que ocultan, convirtiendo al hermetismo, ahora sí de manera válida, en un hecho desafortunado que roza la creencia supersticiosa.

Tómenos el caso de las religiones que han desencarnado en bloque todo el conocimiento que en ellas se ocultó por temor, volviéndose estas enteramente de orden exotérico en sus símbolos litúrgicos, que en definitiva, muy pocos comprenden en su sentido último y verdadero; es así como los sacerdotes están cada día mas alejados del pontificado auténtico el cual tiene como función ser «puente» para la necesaria unión entre el cielo y la tierra y en cambio se han tornado doctores de la ley, ajustándose a la jurisprudencia del culto, defensores ciegos de una justicia divina que no conocen ni gobiernan, y a raíz de este alejamiento del centro, han perdido por completo la llave que conduce a la sabiduría eterna, convirtiendo producto de su estulticia los símbolos trascendentes en meros signos para una doctrina moral que condena o libera según la ley coja y jorobada de los hombres. Cuantos desahuciados ruegan por el milagro de la sanación del cuerpo! pero que pocos son los beneficiados por un prodigio semejante, y para colmo estos pocos siempre quedarán sujetos a sospechas del todo razonables!

Este es el resultado de una mística masificada, carente de sabiduría, cultos sin espíritu, ni fe auténtica .

La mística y la ciencia hermética no deben de separarse porque en definitiva, al igual que el cielo y tierra deben ser complementos para la unión en el sendero que finaliza en la verdad única, Realidad sustancial y tangible ya desde aquí abajo.

Este artículo fue escrito por TM&H

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