Sobre la iniciación

Un tema recurrente dentro de la espiritualidad tiene que ver con el fenómeno que ha sido llamado «iniciación».

Iniciación «initium» como lo indica su etimología, significa «entrada» o «comienzo», R. Guenón nos comentaba al respecto: “algunos confunden el hecho mismo de la iniciación, entendida en su sentido estrictamente etimológico, con el trabajo que hay que llevar a cabo ulteriormente para que esa iniciación devenga en efectiva.”

Una inciación es una influencia espiritual que debe ser comunicada por proximidad con un sabio, un santo iniciado o incluso por alguna reliquia u objeto que le haya pertenecido.

Esta transmisión siempre debe darse por contacto, con las manos, pies o soplo directo sobre la cabeza, ocasionalmente también puede darse que haya una intervención directa de la divinidad sobre el que sea capaz de recibirla, no obstante el obstáculo mayor que interfiere en la recepción de esta influencia es ni más ni menos, el intelecto razonador.

Es así que muchos son los iniciados pero pocos los que efectivamente han sido inflamados del espíritu siendo capaces de transferir las influencias magnéticas necesarias que despierten bien la visión profética, o los poderes ocultos residentes en el género humano. Si alguien dotado ha logrado ser debidamente iniciado es capaz de despertar el espíritu aletargado en otros, pero como bien dijo un sabio, el espíritu se ha reservado el privilegio de soplar donde quiere y a quien quiere, así como se sopla una débil brasa para hacer un fuego y finalmente que este devenga en hoguera.

Este artículo fue escrito por TM&H

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